Amigos de mis poemas...

sábado, 14 de abril de 2012

Poesía.

Al cruzar la verja desnudo,
soy una bestia
cegada por espejos.
Detrás de mis pupilas
apagadas,
he dejado tendales
de huellas y basiliscos.
Gramos de pisadas solitarias,
entre charcos pronunciados,
que reflejan cielos viejos
y perfectos.
¡Temblor de mi vida,
tu respiras bajo las lunas
del hambre más recóndito,
y relumbras sobre
cristales de escarcha!
Es allí, dónde escucho
en tu voz,
la maquinaria
de un reloj inmanente,
que marca los segundos
de mi espíritu
y las horas crudas
de mi mente.
Graznido de cuervos
sobre cables eléctricos.
Luminosa habitante
en la umbría
de mis sueños.
Te postras
en mis sombras
escarpadas,
como si quisieras alumbrarme,
arrancándome una angustia
que quizás no vale nada;
comparada con otras,
aún más desdichadas…
“Nido es el mar
para tus alas”.
Sutil, pero pesada,
con el peso
de lo contundente,
vivaz sobre tus pies infinitos...
Pobre del hombre
que no se desnude del ocaso,
para encontrar la luz
de este amor
en las grutas de su alma,
dónde brama el puñal
de los latidos,
junto al eco de sus pasos.


Mauricio Escribano.


No hay comentarios:

Publicar un comentario