Amigos de mis poemas...

jueves, 15 de marzo de 2012

Milagros del borde.

Hay un proceso de horas
galopándome la espalda,
el ventilador no da abasto,
en las tardes de verano
los pájaros sacuden
el espanto melancólico
de la siesta.
El sol entra hasta en la cocina,
a través de las tiritas de plástico.
Los niños rugen volver
a la calle…
Un enano negro
trabaja en el jardín,
inventando grillos y sapos,
para cuando caiga la noche,
y los jazmines
desprendan
su aroma fantástico.
Entonces soltaré el agua,
regaré el espacio,
para crear un colibrí y un arco iris
bajo las sabanas blancas,
donde tu piel se prende
a mis ansias,
entre crueles movimientos
la danza,
perfecta, mortal,
incendiando mis libros
y mis pestañas,
de inmortalidad
pagana,
a cielo abierto.


Mauricio Escribano.


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